lunes, 25 de mayo de 2015

Como quien acaricia un piano



Por si no lo sabían, pasé 6 años de mi vida disfrutando del aprendizaje de la Música en el Conservatorio. Primero en el Rafael Taboada en el Puerto de Santa María donde hice el Grado Elemental y luego, en el Conservatorio Manuel de Falla en Cádiz, el primer ciclo de Grado Medio. 

Quizás, si las circunstancias hubieran sido distintas, a día de hoy sonarían notas de un piano en mi casa. Simplemente, quizás.

Quizás, si no hubiera escogido la guitarra, a lo mejor hoy sabría acariciar las teclas de un piano para sonar las melodías más bellas que nos ofrece este maravilloso instrumento. No significa que no me guste la guitarra, ni que no disfrutara tocándola. Simplemente, que quizás mi camino era otro.

Música, dícese de aquel sentimiento que nace del alma y que forma parte de tu vida.

Ahora escucho Debussy o cualquier otro compositor y es mi mente la que deja volar esa ilusión o ese anhelo de querer aprender a tocar. Acariciar las teclas de un piano. Quizás algún día lo conseguiré. Cuándo, no lo se. Pero algún día, quizás, así será.