lunes, 22 de octubre de 2012

Mañana de lluvia, comienzo de curso

Aun recuerdo cuando hice estas fotos. Supongo que serían allá por estas fechas, mes de Octubre, bien entradito en el mes, el curso ya había empezado y los grupos de las asignaturas de prácticas empezábamos a trabajar juntos. Esto podría ser las mil y una asignaturas del Departamento de Urbanismo que se llamaban cada cual de una manera distinta y complicada, pero que al final, siempre haciamos los mismos formatos, sombreados y A1, muchos A1: Urbanística, Planeamiento de Desarrollo, Gestión Urbanística....

 Nos disponiamos a visitar el pueblecito, o parte de Sevilla, que ese año se le antojase al grupo de profesores en cuestión, en el coche del primer agraciado que ya lo tuviese. Cámara en mano, planos aproximados del lugar, carpetón de A3, lápiz e incertidumbre, de esto último había mucho siempre...

La de horas y horas que pasariamos en grupo (porque aunque parezca mentira, aun no existía el Dropbox) y los pen y los virus deambulaban en los portátiles de más de uno y de dos.  Hasta que siempre venía el más listo del grupo con su super antivirus que nos limpiaba y nos abastecía de nuevo de los pendrives que en su momento dejamos de utilizar ante la duda de un nuevo ataque vírico. 

Correcciones sin sentido y de mucho en mucho, ya que éramos muchos y al final, ocupabas las horas de esa asignatura tan tan tan larga de urbanística con 4 horas seguidas por otras asignaturas que no tenían nada que ver con ella.

Y llegaba la hora de la entrega. Horas.... horas..... horas de prácticas de Urbanismo (junto a otras más de más asignaturas, todo hay que decirlo) en las que compartías momentos de risas, de amistades que perduran aun en el tiempo, de enfados e impresiones repetidas porque el grosor de la linea tal no era el de la cual.... Incluso últimas impresiones que todo daba igual, pero al final, entregabamos un carpetón de una práctica que terminarían siendo la más importante por el lote de trabajar que te dabas y que como ya he dicho, repetiamos año tras año.


Por eso y aunque pase el tiempo, hay días que te acuerdas de esos compañeros que conociste en esas asignaturas de las mil y una noches de sombrear polilíneas y que a día de hoy ya no son compañeros, son amigos. Y más de uno, de los mejores, aunque las circunstancias no nos permitan vernos más. Va por ellos este post.




No hay comentarios:

Publicar un comentario